La llegada del coronavirus ha impulsado la implantación del teletrabajo en muchas compañías de nuestro país, pero también ha dejado ver la utilidad de los servicios profesionales o el outsourcing para las empresas. No solo por los nuevos modelos de trabajo, sino por la crisis económica provocada por la pandemia. Ante esta nueva situación, marcada por las dudas y la incertidumbre, muchas empresas se cuestionan cómo afrontar la nueva normalidad.
¿Por qué el outsourcing puede ser una muy buena herramienta para hacer frente a la crisis de la COVID-19? Uno de los principales motivos es que permite hacer más eficientes los procesos, sobre todo en ámbitos relacionados con la tecnología. En estos momentos de confusión, gracias a los servicios profesionales, las organizaciones pueden olvidarse de resolver operaciones que no están relacionadas directamente con su negocio y ser más flexibles para optimizar recursos y asumir nuevos retos con mayor facilidad.
En los últimos años, muchas empresas han apostado por el outsourcing, pero la nueva normalidad y la crisis económica derivada de la COVID-19 han potenciado los beneficios de estos servicios. Además, delegar algunos ámbitos de la organización a empresas especializadas, como el departamento de TI, garantiza una mayor calidad de los servicios, gracias a la experiencia que ofrecen los proveedores de confianza.
La subcontratación de servicios TI facilita a la compañía optimizar su estructura y centrar los esfuerzos en su área principal de actividad. De esta manera, se produce un ahorro de costes y se evitan los riesgos derivados de realizar una actividad que no controlamos al 100%, pasando a ser realizada por profesionales especializados. Por otro lado, el mercado se encuentra siempre en constante actualización y adaptarse a los nuevos retos tecnológicos que necesita cada organización se vuelve realmente complicado sin contar con expertos TI. En este sentido, el outsourcing nos permite contar con especialistas en cada campo, según las necesidades tecnológicas de cada momento.
Según José Luis De La Peña, Director de la Unidad de Outsourcing de Grupo ICA, “contar con profesionales cualificados que sean capaces de maximizar el potencial de las soluciones e infraestructuras tecnológicas es esencial para una correcta adopción de las tecnologías de la información en las organizaciones”. Además, tras la crisis de la COVID-19, “supone una gran ventaja reducir los costes en RRHH, espacio físico y equipamiento de las empresas, así como poder realizar una gestión más eficaz de los picos de demanda gracias al outsourcing” , declara.
En definitiva, a un entorno que evoluciona constantemente y a las necesidades cambiantes del mercado, se unen nuevos factores como la COVID-19 y la crisis económica provocada por la pandemia. Las organizaciones necesitan ser cada vez más flexibles y el outsourcing les permite ahorrar costes al mismo tiempo que cuentan con expertos que brindan servicios de calidad. De esta manera, las empresas se vuelven más competitivas, lo que supone un alivio para el futuro de las organizaciones en tiempos con tanta incertidumbre.